Prensa escrita

Prensa escrita:  (sólo figuran los articulos en castellano. Para ver los que están en euskera ir a Maite Franko Medioetan) 

sarrera

*En el DIARIO VASCO, el 30 de noviembre de 2004: 

MAITE  FRANKO  EN LOS MEDIOS-1

*En el DIARIO VASCO, el 19 de marzo de 2005:

MAITE  FRANKO  EN LOS MEDIOS-2

*En el DIARIO VASCO, el 21 de marzo de 2012:

http://www.diariovasco.com/v/20120321/alto-deba/doble-sesion-cuenta-cuentos-20120321.html

OÑATI

Doble sesión de cuenta cuentos centrada en la igualdad hoy en la Biblioteca

21.03.12 – 02:34 –

M.G. | OÑATI. 

El programa ‘Berdintasuna Herrijorran’ da sus últimos coletazos esta tarde con dos sesiones dirigidas por la cuentacuentos Maite Franko, la primera para niños de 7 y 8 años y la segunda para adultos.

Con el título ‘Filomena Musugorri Errege eta beste ipuin batzuk’, la narración de las 18.00 horas tendrá como tema principal la igualdad entre hombres y mujeres en la Biblioteca Infantil. Mezclando el misterio y el humor, fomentará la participación de los niños con cuentos en los que los chavales juegan con muñecas y las niñas no quieren ser princesas.

Se trata de romper con los estereotipos sexistas y los roles habituales. Un buen número de nuevos cuentos, con una evidente perspectiva de género, que dan la vuelta a los roles de género en el folklore dando un cariz positivo a las brujas y llenándose de príncipes soñadores y de princesas guerreras.

A las 19.30 horas el protagonismo pasará a los mayores con ‘Zergatik ote?’ Esta sesión tendrá lugar en la Biblioteca de Adultos y en ella el humor y el juego de roles serán los recursos de la cuenta cuentos para cuestionar la desigualdad entre mujeres y hombres. 

*En NOTICIAS DE GIPUZKOA, el 17 de mayo de 2006: 

MAITE  FRANKO  EN LOS MEDIOS-3

MAITE  FRANKO  EN LOS MEDIOS-4

*En EL CORREO, el 16 de diciembre de 2006:

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*En la Revista de Artes Escénicas ARTEZ, publicado el 21 de abril de 2010: 

 

Gente de palabra: Maite Franko

“Tengo la suerte de poder vivir del cuento”

Maite Franko (Irun-Hondarribia, 1971), séptima hija de un chipironero y de una lamia emigrante. Desde joven le gustó darse paseítos a la orilla de los mares de la interpretación, la pedagogía, el doblaje, y la literatura. Y como mucho mojarse los pies, plisti-plasta, ¡o tener el pie derecho en uno y el izquierdo en otro! Hasta que un buen día, DZANGA!!, se zambulló en el pacífico océano de la narración oral (corría el año 2004), del que todavía no ha salido, habiendo ofrecido hasta la fecha más de 1.000 funciones.

¿Qué es contar para ti?
Para mí contar es navegar en velero hacia un destino más o menos conocido con una tripulación más o menos desconocida, por una ruta a negociar durante el viaje. Precisa la colaboración de toda la tripulación. Es compartir un espacio físico limitado, en el que entra un aforo reducido que no conviene sobrepasar para así mantenerse a flote. Es evadirse, decir adiós a lo cotidiano y previsible, y dejarse llevar, sabiendo, o no, que puede llegar la noche, la tormenta, las averías, los tiburones, pero también los amaneceres y el chocolate caliente, etc. Y es volver a puerto con ganas de preparar otra vez el barco y hacerse nuevamente a la mar.

Comienzos: narración teatralizada
Comencé a navegar en la narración de una manera muy deliberada. Había flirteado anteriormente con la interpretación y la docencia. Además, poseía el valioso tesoro de los cuentos tradicionales que mi amatxo nos había contado de pequeños a los siete hermanos que formamos su prole, y era tía de cinco sobrinos/as a los que había leído historias desde muy pequeños. Creía que con esa base me iba a sentir como pez en el agua a la hora de narrar. Preparé un baúl con vestuario y atrezo, y empecé a interpretar varios personajes, en formato de monólogo, con pequeña interacción con el público. Pero aquello era más bien teatro. Pronto vi que narrar era algo más específico y delicado al mismo tiempo. Encontré la necesidad de prescindir de mis cachivaches, ya que: 1) se me estaba llenando la casa de trastos; 2) la atención del público se iba más a la parafernalia que a la historia; 3) me fui dando cuenta, a medida que, por mi mala cabeza, iba perdiendo cosas, de que todos los objetos eran prescindibles, y también de que los usaba para tapar carencia. Llegué entonces a una conclusión que me haría cambiar radicalmente mi manera de trabajar: para contar una historia no hace falta llevar absolutamente nada. Con todo esto no pretendo decir que la única manera de narrar sea la de la palabra desnuda. Por supuesto que no lo es, pero a mí me parece la manera más interesante, aunque hoy en día suelo utilizar ocasionalmente objetos en algún cuento, sobre todo con niños/as muy pequeños/as o cuando su competencia lingüística es muy pequeña.

¿Qué formación necesita el narrador/a?
1) Interpretación y docencia
Creo que la formación teatral ayuda muchísimo en el aprendizaje del factor humano, dotándonos, además, de técnicas que nos ayudan a dirigirnos a un público. Pero en narración, todo esto debemos saber utilizarlo, (en mi opinión y poniendo una vez más de relieve mis preferencias) para contar desde uno/a mismo/a, sin cuarta pared, desde la interacción, desde muy cerquita físicamente, desde la flexibilidad obligada por los imprevistos que se dan en un espacio que habitualmente no es un teatro, etc. Por otro lado, si tenemos claro que nos vamos a dedicar a un público infantil (estas van a ser las sesiones que nos den de comer, pues son las que más se programan), magisterio, pedagogía, educación infantil, monitor/a de tiempo libre…, pueden aportarnos una buena base para trabajar con ellos/as.
2) Profesor/a de euskera y mimo/a
En Euskal Herria, a menudo nos topamos con que nos llaman para actuar en localidades donde la utilización del euskera es muy escasa precisamente con el objetivo de reforzar la presencia de dicho idioma. Vas, actúas, (si hay padres/madres muy interesadas te toca traducir, lo cual resulta bastante incómodo), los niño/as y sus progenitores/as (los que te entiendan) te responden mayoritariamente en castellano, y vuelves a casa sintiéndote profe de euskera. Y lo peor es que en ocasiones el narrador/a se ve obligado/a a utilizar toda una artillería de recursos que, en mi opinión, ralentizan demasiado e incluso pueden llegar a desvirtuar la narración, como por ejemplo hablar muy lentamente, utilizar las palabras que más se asemejen al castellano, escoger una historia menos interesante pero más sencilla y, probablemente, más adecuada para niños/as más pequeños/as, dejar que la mímica se apodere del cuerpo del narrador/a, sonorizar hasta el último detalle (aumentando el uso de onomatopeyas), utilizar soportes visuales… El narrador/a acaba extenuado/a y el niño/a bastante acelerado/a.
3) Investigador/a del factor humano
Al margen de la formación que tengamos, imagino que la manera en la que contamos está íntimamente relacionada con el modo en el que nos entregamos a los demás, pues, en mi opinión, contar es un acto de generosidad, un ejercicio de empatía, y una construcción de puentes hacia el otro/a. El objeto de estudio es, pues, inmenso: estamos hablando del alma humana. Esto más que un objetivo podría formar parte de la motivación general por la cual dedicarnos a este trabajo: contar para conocer, tocar, describir y comunicarnos, en definitiva, con el alma humana.

Mi manera de trabajar es…
Me gusta contar a niños/as, adolescentes, adultos, tanto en euskera como en castellano, siempre cerca del público, historias con personajes muy polarizados; también las que juegan con diferentes tonos, en particular las que hablan sobre el porqué de las cosas. Cuando no las encuentro, las creo. Tiro bastante de la tradición oral. Las adaptaciones las suelo preparar oralmente, en mi “cuarto de cuentos”, implicando voz y cuerpo, caracterizando los personajes, especialmente en sus voces. Tengo la suerte de poder vivir del cuento. Pero para vivir del cuento hay que tomarse la profesión muy en serio, cuidar mucho las sesiones, preparar nuevas funciones en poco tiempo, abarcar todas las edades, pasar muchas horas en la carretera, ser empresario/a, contar en ocasiones en inaceptables condiciones, intentar educar a los programadores/as para que organicen bien las contadas, detectar las carencias que poseemos como narradores/as e intentar formarnos todo lo que podamos.

Virginia Imaz

 

 

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